Los beneficios del colágeno
Seguramente, sepas que el colágeno y el antienvejecimiento van de la mano. A partir de los 20 años, los niveles de colágeno disminuyen naturalmente al menos un 1 % al año. Y cuando comienza a desaparecer de la piel, lo que sigue es la llegada de líneas de expresión y la pérdida gradual de firmeza: es el momento de reemplazarlo a través del cuidado de la piel. Sin embargo, a diferencia del ácido hialurónico, tu crema no tiene que contener colágeno como un ingrediente en sí mismo para aumentar su producción en la piel.
¿Qué sucede con el colágeno natural de la piel con el tiempo? Lo que los dermatólogos saben es que la fábrica de colágeno natural de nuestra piel disminuye la producción tanto en cantidad como en calidad, y las células cutáneas dérmicas que producen colágeno (fibroblastos) se ralentizan hasta un 75 % cuando llegamos a los ochenta años. Y, además, hay factores como los rayos UV, la contaminación, el tabaco, el estrés y el azúcar que pueden acelerar la pérdida de colágeno por encima del 1 % al año destruyendo las reservas de la piel más rápido.
El gran tamaño
de las moléculas de colágeno hace que este no pueda penetrar en los poros, y
mucho menos en la dermis, la segunda capa de la piel donde se fabrica
naturalmente. Debido a este tamaño excesivo, el colágeno se asentará en la
superficie ayudando a mantener la hidratación. Como son más grandes que los
poros, las moléculas de colágeno simplemente no se absorben para elevar sus
niveles.
Para estimular
la producción natural de colágeno, los ingredientes actúan sobre los
fibroblastos, las células cutáneas dérmicas que lo producen. Mientras que otros
activos inhiben las enzimas (elementos de la piel) en el origen de la
degradación del mismo.
Péptidos
para la piel: mini proteínas del colágeno
Ciertos
péptidos para la piel hacen ambas cosas: aumentan la producción de colágeno antiage
y detienen su degradación gracias a su composición proteica específica.
Conocidos por su capacidad para atacar la síntesis de colágeno, los péptidos
son esencialmente pequeños fragmentos de proteínas que funcionan como moléculas
mensajeras: cuando se aplican en la piel, naturalmente atacan células
específicas o componentes celulares (ADN) o mecanismos (enzimas) e impactan su
actividad, con el propósito especial de hacer que la piel se vea y se sienta
más suave.
Estos péptidos logran aumentar la producción de colágeno y proteger la piel de su degradación. ¿El resultado? Signos de envejecimiento disminuidos, arrugas menos pronunciadas y flacidez menos visible, todo vinculado a la pérdida natural de la proteína, que el adecuado cuidado de la piel puede ayudar a reemplazar.
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